25.10.08

Un día, un entra na Biblioteca...

Uno entra un día en la biblioteca y sin saber como encuentra en un rincón sobre una mesa algunos libros que desconocía y los toca, los coge, los huele, los abre y mira con avidez su contenido. Mariano Coronas.
Continuamos coa homenaxe ás Bibliotecas.
Uno entra un día en la biblioteca y sin saber como, encuentra en un rincón sobre una mesa algunos libros que desconocía, y los toca, los coge, los huele, los abre y mira con avidez su contenido.
Y comienza a leer y mira con ojos abiertos un mumdo que desconoce y sin darse cuenta una puerta se abre y desenfrenadamente llega al paraíso. Lee todos los días sin excepción, pues le encanta lo que ven sus ojos. Siente curiosidad por leer más libros, libros de astronomía, libros de física, libros de química, todos acababan en sus manos.
Era impresionante la velocidad que había alcanzado, la avidez desaforada que lo arrastraba. Sus amigos, estaban asombrados , no era capaz de leer con moderación o eso creían todos, parecía que se había olvidado de que el mundo existía.
Un buen día, por casualidad se da cuenta de que no podía seguir así, y guiado por los consejos de los demás quiere también dejar un hueco para disfrutar un poco del mundo real, de la naturaleza, del aire puro de los parques, de la playa ... que quiere apreciar como maravillosos, aunque siempre acompañado de un libro bajo el brazo. SANDRA Devesa.
Uno entra un día en la biblioteca y sin saber como, encuentra en un rincón sobre una mesa algunos libros que desconocía y los toca, los coje, los huele, los abre y mira con avidez su contenido. Después de ojearlos y volverlos a ojear decide irse a su casa. Al día siguiente, temprano, volvió a la biblioteca y vio que los libros aún estaban allí. Se acercó a ellos y, con cuidado, abrió uno; luego comenzo a leer. Se sumergió en un mar de lecturas en las que él era el protagonista. Soñó que era un pirata y que surcando los mares, se encontraba con criaturas misteriosas, calamares gigantes, ballenas... En otra que era un explorador de montañas y, subiendo a la montaña más alta del mundo, descubrió una roca extraña y llamativa de un verde azulado y textura rugosa y fría, probablemente por estar en lo alto de la montaña, la hacía especial y misteriosa, como proveniente de otro planeta. Desde aquel día va siempre a la biblioteca. Claudia López.
Uno entra un día en la biblioteca y sin saber como, encuentra en un rincón, sobre una mesa algunos libros que desconocia y los toca, los coge, los huele, los abre y mira con avidez su contenido.
Se quedó sin palabras al ver como un libro puede alegrarle a uno el día. El niño empieza a ir todos los días a la biblioteca en la que hace unos cuantos amigos: Don Quijote, Harry Poter.... Al niño le empezó a ser aburrida la lectura porque una vez que acababa un libro tenía que hacer resúmenes. Y cuando llegaron las notas a casa su madre no lo dejó sin tele o sin salir sino que le prohibío leer libros, excepto los del colegio. Él no era el típico niño que desobedecía a su madre. Primero empezó con los libros de lengua, y le parecieron facilísimos, siguió con los de ciencias y éstes ya se fueron complicando hasta que llegó al de matemáticas, este la pareció complicadísimo porque los libros son de letras y no de números. Él cuando no sabía algo, se lo tenía que aprender, y así empezó, no a leer sino a estudiar. Cuando terminó el curso aprobó todo, pero echaba de menos a los amigos que había conocido aquel día en la biblioteca. Jorge Agís
Uno entra un día en la biblioteca y sin saber como, encuentra en un rincón sobre la mesa, algunos libros que desconocía, y los toca, los huele, los abre, y mira con avidez su contenido.La biblioteca es como un pequeño mundo en el que el silencio reina, y solo el abrir y cerrar de los libros o el pasar de página, son capaces de romperlo, y aún así, los lectores no se percatan de la existencia de dichos ruidos, pues sus mentes están en otro lugar. Algunos lectores están en Holanda, acompañando a la pequeña Ana Frank; otros en Idhún apoyando a la Resistencia; otros acompañan a Don Quijote y a su fiel Sancho Panza por los caminos de la Mancha…
Sí, la biblioteca es un mundo extraordinario, lleno de aventuras, misterio, sabiduría, magia…Sí, magia, sobre todo la biblioteca está llena de magia…¿Por qué no es acaso mágico que a través de unas palabras viajemos hasta lugares increíbles sin apenas movernos de una silla y que sean estas palabras las que nos lleven hasta allí y formen una historia? Una historia, que algún individuo comenzó a escribir para crear un libro, un libro lleno de magia que ocupará algún rinconcito de alguna de las estanterías de alguna bibliotecca. ANA UHÍA

A miña primeira Biblioteca foi...

A partir do texto pronunciado na conferencia de peche por Antonio Basanta nos II Encontros de Bibliotecas Escolares en Santiago o 18 de outubro, os alumn@s de 1º da Eso retomaron as súas palabras facéndoas propias. Esta é unha selección do resultado e a nosa forma de homenaxear ás Bibliotecas no 24O.
Mi primera biblioteca fue mi familia. Por las noches, me tumbaba en mi cama y esperaba a que se acercaran por allí mi madre o mi padre. Cuando se sentaban a mi lado, cogiendo uno de mis libros favoritos, yo percibía el olor a palabras que aquellas hojas desprendían. Cuando la lectura empezaba; las primeras frases que en mi mente quedaban grabadas eran érase una vez, hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano...La lectura seguía y, yo me iba imaginando que, en un palacio, una malvada bruja había hecho una manzana envenenada y que una bella e inocente princesa se la comería, siendo luego, salvada por un apuesto príncipe. Todas estas historias, y más, eran mis favoritas. Yo quería ser aquella princesa, pues en mi mente, los cuentos eran verdad. Quería sentir miedo al conocer a esa bruja, probar aquella manzana, y besar a aquel príncipe.; tanto como perder un zapato de cristal, a las doce de la noche, en un baile.
Un día aquellas palabras me llegaron a través de la tele. Oí que existía un paraíso, cuyo nombre según decían era "Disneyland". En ese momento no me lo podía creer . . . !!todo lo que en mis libros se decía estaba allí, en aquel lugar. . . " . . . Y por fín podría sentir que estaba dentro de un libro, que alguna noche, mi madre o mi padre me habían leído.
Para mí los libros son tesoros, pues tesoro significa "objeto de mucho valor y único en el mundo". Además, pensando con los cinco sentidos . . . un libro huele a palabras, sabe a diversión, el sonido que emite es agradable, su tacto es firme y, a la vez dulce, y lo que se siente, lo que se siente es inexplicable . . .
Un cartero me trajo mi primer libro. Mi primer libro, además de los de la bañera, fue uno de animales y la colección de los clásicos de Disney que me llegó por correo. Y ASÍ LLEGARON LOS LIBROS A MI . . . . Marta Otero.
Mi primera biblioteca fue mi abuela materna, con ella me inicié en el maravilloso mundo de las palabras aunque sólo se tratase de monosílabos y a veces pequeños sonidos muy poco entendibles .
Un día aquellas palabras me llegaron a través de la voz de mi madre que me contaba cuentos todas las noches hasta quedarme dormida .
Un cumpleaños me trajo mi primer libro de gomaespuma el cual mordía sin saber lo que hacía. Después llegaron Papá Noel, los Reyes...y con ellos más libros, hasta formar mi pequeña biblioteca, mi rincón favorito.
Más tarde, un día entré en la biblioteca municipal y encontré sobre una mesa algunos libros que desconocía, los toqué, los abrí y miré con avidez su contenido.Tomé asiento, empecé a leerlos, me entusiasmé y decidí llevármelo a casa para continuar la aventura. Andrea Rosal